La Asociación de Comunicadores Católicos SIGNIS ACCP Paraguay expresa su más profundo pesar e indignación por el asesinato del fiscal Marcelo Pecci y se solidariza con su familia, en especial, con su esposa, nuestra colega comunicadora y periodista Claudia Aguilera, a quien hacemos llegar nuestro abrazo solidario y nuestras oraciones.
Como periodistas tenemos la responsabilidad de denunciar con toda firmeza las graves consecuencias que la instalación de las mafias del narcotráfico y el lavado de dinero están produciendo en la estructura social, moral y ética de la nación, deteriorándola. Y como católicos, tenemos el compromiso de contribuir a despertar conciencia y acompañar a la ciudadanía en sus esfuerzos contra estas amenazas y producir los cambios necesarios.
No es posible admitir la coexistencia de dos tipos de países, de dos sociedades que se disputan territorio, dinero y vidas. Creemos firmemente, como comunicadores católicos, que desde la fe, el compromiso social y la inteligencia podemos ayudar a construir un país distinto del que tenemos hoy, sometido al narcotráfico, la corrupción y la mafia instalada.
Es imperioso avanzar juntos hacia un Paraguay cimentado en la verdad. El terror no puede ser nunca un mensaje de comunicación. Por eso ratificamos nuestro compromiso con un país mejor, solidario, fraterno y pacífico.
Por eso repudiamos con firmeza el crimen del fiscal Marcelo Pecci y las consecuencias que esto trae a su familia y al Ministerio Público del cual formaba parte.
Como comunicadores, no descansaremos en el afán de buscar siempre la verdad. Trabajemos desde nuestro lugar para dar a conocer toda la información que surja sobre este atroz crimen, dar seguimiento a las instituciones que tienen la responsabilidad de investigarlo, identificar a los autores materiales y a quienes dieron la orden para el asesinato de Pecci, y llevarlos ante la justicia para que reciban la pena que se merecen.
Hacemos nuestras las palabras de San Óscar Romero, al decir: “Muchas veces se dicen palabras bonitas, se estrechan manos y, quizás, hasta se den besos, pero en el fondo no hay verdad. Por eso, una civilización donde se ha perdido la confianza entre los hombres, donde hay tanta mentira, donde no hay verdad, no hay fundamento de amor. No puede haber amor donde hay mentira. Falta en nuestro ambiente la verdad.”
Comisión Directiva SIGNIS ACCP Paraguay